sábado, 5 de diciembre de 2009

PSICOLOGIA POSITIVA


El inicio de la psicología estuvo marcado por una serie de experimentos, que pretendían conocer aspectos del funcionamiento mental. Pero al poco tiempo la psicología comenzó a interesarse por fenómenos mentales más complejos, tratando de comprender especialmente las alteraciones psicológicas. Y de ahí, con la creación del psicoanálisis, la psicología se transformó por muchos años en una búsqueda permanente de teorías para explicar la enfermedad, y para desarrollar terapias.

En los años sesenta más o menos apareció una nueva corriente en la psicología –la psicología humanista- que comenzó a preocuparse más por las personas normales y por el desarrollo del potencial que por las alteraciones. Este nuevo enfoque psicológico aún tiene una gran influencia.

Y desde hace muy poco, se ha desarrollado la llamada “psicología positiva”. Esta se enfoca en los aspectos sanos del ser humano, como la felicidad y su forma de potenciarla, la resiliencia -que es la capacidad de levantarse después de los golpes de la vida-, y el bienestar subjetivo. Quien lidera esta nueva línea es Martin Seligman, un psicólogo que ha hecho una serie de investigaciones sobre estos temas.

Uno de los aportes interesantes de la psicología positiva es haber descubierto que nadie está tan condicionado como se creía antes. Por ejemplo, un niño con una inteligencia algo disminuida, sin muchas habilidades para el colegio, criado en la pobreza, y en un ambiente de delincuencia, nos llevaba a pronosticar lo peor para su futuro. Sin embargo la psicología positiva está descubriendo que esto no es tan valedero. El pasado no es tan determinante para nuestra vida como se creía.

Por supuesto ese niño criado en esas condiciones desfavorables y de vulnerabilidad tiene muchas más probabilidades de salir dañado y terminar convertido en delincuente, pero hay demasiadas excepciones para pensar que ése puede ser su único futuro. Y en la vida cotidiana, basta también mirar hacia el lado para descubrir personas que contra toda expectativa, salieron delante de una niñez llena de traumas y desventajas de todo tipo.

Lo que la psicología positiva está estudiando es precisamente cuáles son esas fuerzas, rasgos y mecanismos que tiene el ser humano que le permiten salir adelante cuando todo hacía pensar que caería en un abismo. En relación a la sensación de bienestar que se tiene en la vida, algunos de estos rasgos implicados parecen ser la autoaceptación, tener un proyecto de vida, mantener relaciones humanas positivas, tener suficiente autonomía, sentirse capaz de influir uno en el medio ambiente más que éste en un uno, y el desarrollo personal.

Hay muchos psicólogos interesados en estos temas, y las investigaciones son muchas. Esto confirma una vez más que la psicología dejó de ser aquella ciencia que estaba siempre en el diván, para salir a conocer los aspectos sanos de la personalidad que hacen más feliz al ser humano, y que le permiten enfrentar con enormes dificultades, saliendo “bien parado” de ellas. Pero todo no está dicho, pues los avances de la psicología positiva nos prometen bastante. HBC

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