lunes, 17 de diciembre de 2007

ORIENTACION VOCACIONAL: cómo elegir la carrera

Se acerca fin de año, y para un contingente importante de jóvenes es el momento de dejar la enseñanza media y continuar estudios superiores. Hay una serie de factores que los jóvenes deben considerar para tomar esta importante decisión: los intereses, las aptitudes, su nivel de motivación, su perfil de personalidad, y sus hábitos y técnicas de estudio.
Los intereses son múltiples. Se definen como las actividades que atraen la atención, lo que al joven le gusta realizar, y normalmente es el primer elemento que se debe considerar en la elección de la carrera. Hay muchos tipos de intereses, pero se pueden agrupar en áreas. Por ejemplo el interés por lo personal y social, que se relaciona con carreras humanistas. El interés por la naturaleza y la vida al aire libre, relacionado con carreras como biología marina, agronomía, acuicultura, etc. Otra área de intereses es la mecánica y afines, que incluye desde la mecánica de autos hasta la ingeniería mecánica. Muchos jóvenes manifiestan también interés por el área de los negocios y la economía, con carreras como ingeniería comercial, auditoría, administración de empresas, etc. El área artística atrae también fuertemente a algunos estudiantes. Por último, el área científica y tecnológica, relacionada con carreras del área médica, así como las ingenierías, es otro tipo de interés.
Una vez que se tienen claros los intereses hay que ver si éstos concuerdan o no con las aptitudes, habilidades o capacidades del alumno. En este sentido se puede aplicar la teoría de las inteligencias múltiples, que nos muestra varios tipos de inteligencias o aptitudes: inteligencia general, inteligencia numérica, inteligencia verbal, inteligencia mecánica, inteligencia espacial, inteligencia social e inteligencia emocional. Cuando hay concordancia entre los intereses y las aptitudes, la vocación aflora con facilidad; pero muchas veces no hay concordancia.
El tercer factor clave en la orientación vocacional es la motivación, que puede definirse como la capacidad de despertar la fuerza interior que nos permite alcanzar los logros esperados. Con un bajo nivel de motivación es muy difícil cursar estudios superiores. Hay distintas motivaciones por las cuales una persona puede estudiar: unos por amor al dinero, otros por ser su área de interés, otras por estatus, y otros porque les atraen los desafíos. Sea cual sea la motivación, lo importante es que tenga la fuerza suficiente para permitir un estudio que implicará al menos un par de años.
El cuarto factor que debe tomarse en consideración es la personalidad, que puede ser entendida como la forma sistemática y consistente de reaccionar frente a las situaciones de la vida. En términos simples, es "la forma de ser". Algunos rasgos de la personalidad son muy importantes, como la perseverancia, la capacidad de tolerar frustraciones, la responsabilidad, etc. En caso de que el joven desee estudiar fuera de la ciudad, es también imprescindible un nivel de autonomía suficiente. Por último, y quizás menos importante porque se pueden adquirir con mayor facilidad, son los hábitos y técnicas de estudio. Sin embargo si el alumno no se preocupa de este aspecto, puede llegar al fracaso.
Además de considerar los aspectos señalados, es también de gran importancia que el joven se informe lo más detalladamente posible de las carreras que ofertan los centros de educación superior, para lo cual puede recurrir a toda la folletería existente, a las propias universidades, o a internet. HBC

1 comentario:

marco dijo...

soy asesor vocacional de ua universidad de mexico, me interesa asber mas acerca de la elección de carrera, ya que considero esta como una de las decisiones mas importantes y trascendentales de nuestro tiempo, el acceso a le educación superior va en aumento y a la competencia laboral se complica. por ello es necesario hacer una muy buena elección.