martes, 28 de diciembre de 2010

LA PERSONALIDAD

Definida como el conjunto de reacciones más o menos estables y predecibles que caracterizan y hacen única a una persona, la personalidad es uno de los temas centrales de la psicología. Sin embargo, pese a un gran acopio de conocimientos sobre este tema, hay todavía muchas incógnitas.

Por ejemplo, ¿hasta qué punto la personalidad es realmente estable? ¿Es una característica básicamente heredada, o se forma en la interacción de la persona con el medio ambiente?
Estas no solamente son incógnitas académicas, sino muy prácticas, ya que si pueden ser dilucidadas, se pueden traducir en grandes avances para la comprensión de la conducta, y en formas de terapia que ayuden en forma directa a la gente.

En cuanto a si es heredada o no, hay psicólogos que se inclinan hacia cada una de esas posiciones. La respuesta más certera parece ser por ahora aquella que considera que intervienen ambos aspectos.

Al parecer hay una parte de la personalidad -específicamente el temperamento-, que es principalmente heredado. El temperamento se refiere a la emocionalidad básica de la persona, a la forma de manifestar las emociones y sentimientos, la orientación que tiene la persona, a la rapidez y fuerza de sus reacciones, y está muy ligado a la constitución física. El carácter en cambio, es la parte de la personalidad que se forma de acuerdo a las experiencias que se van teniendo, y son los rasgos más superficiales que posee una persona. De este modo, ambos factores, el medio ambiente y la herencia, contribuyen a formar la personalidad.

Esto explica muchas cosas, y nos marca también una pauta de hasta qué punto son posibles los cambios en la personalidad. En realidad hay algunas características básicas que pueden modificarse apenas, como las que dependen del temperamento, y otras que se modifican más fácilmente, como las que dependen del carácter.

De todos modos la personalidad tiende a ser estable, y el cambio siempre es lento, y para algunos mucho más difícil que para otros. Esto depende de varios factores, entre los cuales uno de los más importantes es la rigidez.

La otra gran incógnita, de hasta qué punto la personalidad es realmente consistente, es decir, impermeable a las influencias del entorno, tampoco está del todo resuelta.

Por ejemplo, si sabemos que una persona es honesta, ¿será siempre honesta? Porque de acuerdo a las condiciones que esté viviendo, este rasgo puede experimentar algún cambio. Así, una persona confiable, que ha sido siempre honesta, puede sin embargo cometer algún robo si está sometida a una situación crítica, como podría ser la necesidad de tener dinero en forma urgente para operar a un hijo enfermo.

Las conclusiones de todo esto es que la personalidad es un fenómeno complejo, en el cual intervienen factores de la herencia, otros de la experiencia y la formación, y que también el medio ambiente en el cual se está desenvolviendo en el momento actual una persona tiene influencia en su personalidad.

Esto nos muestra por otra parte la increíble plasticidad del ser humano, y cómo esta misma plasticidad es la que ha posibilitado que se adapte a las circunstancias más diversas, desde pequeños desafíos, hasta quiebres y cambios bruscos de vida, como los que acompañan a la muerte de un ser querido, un desastre donde se perdió todo, o iniciar una vida en otro lugar.

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